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Sexismo Benevolente: Un Desafío en la Defensa Personal


En 1996, Susan Fisk y Peter Glick publicaron un artículo titulado "The Ambivalent Sexism Inventory," que introduce una teoría que distingue entre dos formas de sexismo: el benevolente y el hostil. El sexismo hostil es ampliamente reconocido, ya que se manifiesta de manera evidente a través de comentarios y acciones que demuestran desprecio y actitudes despectivas hacia las mujeres, lo que muchas enfrentan diariamente en su vida.


Por otro lado, el sexismo benevolente es más sutil y se oculta tras actitudes que pueden parecer amables, paternalistas y protectoras. Este tipo de sexismo asume que las mujeres son seres frágiles que necesitan la protección y el cuidado de los hombres. Además, limita a las mujeres a roles predefinidos en la sociedad. Este tipo de sexismo es complicado de identificar, ya que los hombres pueden actuar de manera amable y considerada, lo que a veces puede complacer a las víctimas. Sin embargo, sus efectos son similares a los del sexismo hostil.


Sexismo benevolente, hombre midiendo zapato a mujer


Estas actitudes condescendientes hacia las mujeres pueden ser ofensivas para algunas y agradables para otras. Sin embargo, en el contexto de la práctica de sistemas de combate y defensa personal, representan un peligro. Los hombres pueden tratar de proteger a las mujeres en exceso, lo que les brinda una falsa sensación de seguridad. Las mujeres, en muchos casos, no se dan cuenta de que están siendo protegidas y pueden desarrollar una percepción errónea de su propia fuerza, lo que las hace más propensas a intentar enfrentar a un hombre directamente.


Este fenómeno también afecta a los hombres, especialmente cuando practican artes marciales o sistemas de combate que enfatizan el empoderamiento de los estudiantes a través de técnicas fantasiosas ejecutadas a cámara lenta, que pueden tener sentido en un entorno de entrenamiento, pero que inevitablemente fallan en situaciones de la vida real.


Encontrar un equilibrio entre el realismo y la proporcionalidad de la fuerza es una tarea complicada para las practicantes de artes marciales y sistemas de defensa personal.

Algunos lugares de entrenamiento pueden someterlas a maltrato innecesario, mientras que otros pueden empoderarlas en exceso y tratarlas de manera especial. Es importante destacar que este tipo de sexismo puede ser ejercido tanto por hombres como por mujeres en una medida similar.


Es crucial que las personas que practican artes marciales o sistemas de combate/defensa personal encuentren un ambiente de entrenamiento en el que se sientan cómodas con el instructor y sus compañeros de entrenamiento. Cualquier extremo, ya sea el maltrato innecesario o el empoderamiento excesivo, puede ser perjudicial durante las sesiones de entrenamiento o en situaciones en las que sea necesario utilizar técnicas de defensa personal.

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